Las Líneas Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales [PDF] son uno de los cuatro elementos que componen la Declaración de la OCDE sobre Inversión Internacional y Empresas Multinacionales. Recogen una serie de principios y normas no vinculantes para una conducta empresarial responsable dirigidas a las empresas multinacionales que operen en países adherentes o que tengan su sede en ellos. Las Directrices tienen como objetivo promover que las empresas contribuyan positivamente al progreso económico, medioambiental y social en todo el mundo, al tiempo que mitigan el posible impacto negativo derivado de su actividad.
Se reformaron en 2011. Uno de los puntos más importantes de la actualización es la inclusión de un capítulo nuevo dedicado a los derechos humanos (capítulo IV) acorde con los Principios Rectores de las Naciones Unidas [PDF].
Las Directrices están respaldadas por un singular mecanismo de implementación: los Puntos Nacionales de Contacto (PNC), que son organismos constituidos por los gobiernos de los países adherentes con el fin de promover e implementar las Directrices.
Los PNC ayudan a las empresas y a las partes interesadas a que apliquen correctamente las Directrices.
Para ello realizan dos funciones: promocionar las Líneas Directrices y actuar como mecanismo de reclamación extrajudicial.
Por último, a partir de las Líneas Directrices la OCDE ha desarrollado unas guías de debida diligencia o "due diligence". Son una serie de manuales prácticos encaminados a que las empresas integren la responsabilidad social corporativa dentro de su actividad y así evitar que causen impactos negativos.
Hay una guía general de debida diligencia [PDF], aprobada durante la Conferencia Ministerial de mayo de 2018, y 5 guías sectoriales:
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