La UE y EE.UU. mantienen unas profundas y privilegiadas relaciones económicas, comerciales y de inversión, como corresponde a dos regiones con un alto nivel de desarrollo. En 2022, EE.UU. es el primer destino de las exportaciones de la UE y el segundo proveedor de la UE (tras China). La UE, por su parte, es el segundo destino de las exportaciones de EE.UU. (tras Canadá) y el segundo proveedor. En materia de inversiones, la UE es el primer emisor y receptor de inversión directa extranjera a y de EE.UU.
El giro de la política comercial llevado a cabo por la Administración Trump hacia un enfoque más unilateral, condujo a un empeoramiento de las relaciones comerciales entre la UE y EE.UU. tanto en el ámbito multilateral como bilateral. Prueba de ello fue la suspensión, en 2016, de las negociaciones de la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), la aparición de nuevos conflictos comerciales y un empeoramiento de los existentes. Así pues, a las contramedidas arancelarias establecidas en el marco del conflicto Airbus–Boeing, se añadieron nuevos irritantes comerciales como los aranceles a la importación de acero y aluminio de la UE bajo la Sección 232 de la Trade Expansión Act; la activación de la Ley Hems-Burton, las diferencias sobre los derechos antidumping y antisubvención estadounidenses a la aceituna negra española, o la iniciación de investigaciones para la imposición de aranceles bajo la Sección 301 por la aprobación de las tasas a los servicios digitales.
La Administración Biden, sin embargo, ha mostrado una mayor receptividad a la negociación de soluciones, decantándose a favor de la cooperación con socios estratégicos como la UE, y generando así grandes expectativas de cara a dinamizar y reforzar las relaciones transatlánticas. En este sentido, la Cumbre UE-EE.UU. del 15 de junio de 2021 supuso una importante oportunidad para renovar la asociación transatlántica y acordar una agenda conjunta para hacer frente a los nuevos desafíos globales.
En dicha Cumbre, ambos bloques acordaron el establecimiento de un Consejo de Comercio y Tecnología (TTC, Trade and Technology Council) donde abordar la cooperación en aspectos tecnológicos y comerciales, definiendo unas áreas de interés común para la UE y EE.UU. En la cuarta reunión ministerial celebrada en mayo de 2023 en Suecia se aprobó una Declaración Conjunta que recoge una propuesta de compromisos a seguir, destacando el lanzamiento de una Iniciativa Transatlántica sobre el Comercio Sostenible (Transatlantic Initiative on Sustainable Trade, TIST) que apoya la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono que fomente simultáneamente las relaciones comerciales y de inversión transatlánticas. Además, se ha establecido un Diálogo sobre Incentivos para la Energía Limpia (Clean Energy Incentives Dialogue, CEID) que promulga una mayor transparencia sobre las subvenciones ligadas a la transición ecológica que conceden tanto la UE como EE.UU. y sobre otras prácticas no de mercado que apliquen terceros países en este ámbito.
Igualmente, se han venido produciendo avances en varios temas bilaterales de especial relevancia, como la suspensión durante 5 años de los derechos arancelarios establecidos por el conflicto Airbus-Boeing, el más largo de la historia de la OMC. Por otra parte, tras el acuerdo alcanzado en el seno de la OCDE por el G20 que establece un nuevo marco impositivo internacional a partir de 2023, EE.UU., Reino Unido, y varios países de la UE (España entre ellos) alcanzaron un acuerdo fiscal que permitió que EE.UU. descartase la imposición de los aranceles previstos bajo la Sección 301. Por otro lado, señalar la decisión de EE.UU. de sustituir, durante dos años, sus aranceles al acero y aluminio bajo la Sección 232 por un sistema de contingentes arancelarios, así como el acuerdo para la suspensión de todas las disputas en el marco de la OMC, y el inicio de las negociaciones para un Acuerdo Global sobre el Acero y el Aluminio Sostenibles (Global Arrangement on Sustainable Steel and Aluminium, GSA). El GSA establece como objetivos abordar el exceso de capacidad estructural no de mercado y avanzar en la descarbonización de las industrias del acero y del aluminio. El futuro acuerdo debe ser coherente con las iniciativas climáticas de las partes y con los principios de la OMC.
Sin embargo, la aprobación en agosto de 2022 de la ley estadounidense Inflation Reduction Act (IRA) impactó negativamente las relaciones con la UE. Esta nueva ley contiene inversiones por valor de 369.000 millones dólares (270.000 se destinan a incentivos fiscales) para la lucha contra el cambio climático y acelerar la transición ecológica de EE.UU. Dicha ley ha generado inquietudes en la UE y otros aliados de EE.UU. por su contenido y la consecuente distorsión del mercado mundial de los sectores que trata. Además, la ley ha recibido críticas al considerarse que puede incumplir los principios de trato nacional y de “nación más favorecida” de la OMC.
Entre los créditos fiscales discriminatorios se encuentran los que subvencionan la adquisición de determinados vehículos eléctricos. Para poder optar a una parte del crédito, la IRA establece que un porcentaje de los minerales críticos contenidos en la batería del vehículo debe ser extraída o procesada en EE.UU., o en cualquier país con el que EE.UU. tenga un acuerdo de libre comercio vigente. Por este motivo, y dado que la UE y EE.UU. no cuenta con un acuerdo de libre comercio, se han iniciado las negociaciones para la firma de un Acuerdo sobre Minerales Críticos (Critical Minerals Agreement, CMA) que busca garantizar que los proveedores europeos reciban el mismo trato que los estadounidenses a efectos de que las empresas comunitarias puedan beneficiarse también de los incentivos fiscales de la IRA. Además, este Acuerdo contribuirá a reforzar las cadenas de suministro internacionales de los minerales críticos, sector clave para la transición ecológica y digital, y a aumentar el atractivo de invertir en las industrias mineras, químicas y de transformación de minerales de la UE.
Finalmente, y con respecto a los derechos antidumping y anti-subvención de EE.UU. a las importaciones de aceituna española, la Comisión Europea decidió acudir al Órgano de Solución de Diferencias de la OMC. El informe del panel, de noviembre de 2021, indicó que EE.UU. debía poner estas disposiciones, contrarias a las normas de la OMC, en conformidad con sus compromisos internacionales. La Comisión, insatisfecha con los avances mostrados por parte de EE.UU., ha solicitado recientemente el establecimiento de un panel de cumplimiento para evaluar formalmente si este país ha cumplido plenamente la resolución del panel.
EE.UU. es miembro de la OMC desde su creación, en 1995.
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