Sanciones sobre las operaciones comerciales o de Inversión.
Cuando se habla de sanciones económicas o comerciales se está haciendo referencia a la introducción de medidas restrictivas para limitar o impedir las relaciones comerciales, monetarias o financieras, los flujos comerciales o financieros, con algunos países, con la finalidad de obtener objetivos políticos.
Desde la Segunda Guerra Mundial las sanciones económicas o comerciales se consideran una buena alternativa al conflicto armado. Con el uso de las sanciones económicas se perseguiría disuadir y reconducir determinadas acciones o políticas de los países a los que se aplican.
Se han incorporado como una herramienta para intentar preservar la seguridad del colectivo de países miembros de las Naciones Unidas, pero también son utilizadas por las principales potencias mundiales de forma unilateral.
Aunque las restricciones financieras han demostrado ser son más eficaces, no es inusual que se apliquen también, muchas veces de forma simultánea, junto con restricciones comerciales. Los embargos comerciales totales no son muy frecuentes y la mayoría de las sanciones comerciales afectan normalmente a una cesta seleccionada de varios productos.
Pueden dirigirse tanto a las importaciones como a las exportaciones del país al que se aplican.
El objetivo de imponer límites a las importaciones procedentes del país sancionado suele ser el reducir sus ventas al exterior y limitar su capacidad de obtener divisas; y la razón del país sancionador para imponer límites a sus propias exportaciones suele ser el restringir o encarecer el acceso a productos fundamentales para el país sancionado. Entre esos productos suelen encontrarse las armas y los equipos militares de todo tipo, así como los bienes y tecnologías de doble uso (productos que pueden ser utilizados tanto para actividades civiles como militares)