Tradicionalmente, los acuerdos comerciales se habían basado exclusivamente en el comercio de manufacturas y productos agrícolas. No se consideraba necesario incluir los servicios, debido a una serie de factores que dificultaban su comercialización internacional. Las transformaciones tecnológicas y regulatorias en las últimas décadas del siglo XX provocaron un cambio estructural, a raíz del cual se puso de manifiesto la necesidad de regular los servicios en acuerdos comerciales. El primer acuerdo, que ha servido de marco para los siguientes, fue el acuerdo multilateral GATS, en vigor desde 1995.