Hoy en día, cada vez es más difícil que los productos hayan sido elaborados o producidos en un solo país, por el contrario, en los procesos de producción modernos suelen verse implicados productores y materiales de distintos países. Así, en el comercio internacional se hace imprescindible establecer los distintos criterios para determinar el origen de los productos, unos criterios que se recogen en las normas de origen y que no son siempre homogéneos.
Las normas de origen son esenciales en el comercio internacional ya que muchas políticas e instrumentos comerciales varían en función del país de origen, desde las medidas de defensa comercial a los contingentes, pero también fundamentalmente los derechos arancelarios. Las normas de origen son por tanto especialmente importantes en los acuerdos comerciales preferenciales, donde la determinación del origen de un producto permitirá su acceso al trato arancelario preferencial. La importancia de las reglas de origen es además creciente, debido al ineludible proceso de globalización en el que estamos inmersos y de descentralización de los procesos productivos, unido a un aumento de acuerdos comerciales y regímenes preferenciales en las últimas décadas.